tiempo en Fontanar

27/3/13

PALABRAS DE FRANCISCO MANUEL BAILÉN

Me gusta el silencio. Desconectar. Hacer como que desaparezco entre el ruido de los coches y sus cláxones y sus conductores, y buscar la tranquilidad que el ser humano está perdiendo. Me gusta escribir, y no se puede escribir con todo ese alboroto de fondo.
Más de una vez he querido escenificar esa imagen tan icónica del muchacho recostado bajo la sombra de un árbol con un trozo de papel entre sus manos. Parecía feliz y concentrado, sin coches, sin cláxones y sin conductores. A él también le gustaba el silencio. Y ahora que tienes su imagen grabada en la cabeza, tú, escritor, es posible que le envidies (no te culpo), y que, de seguro, te preguntes dónde puedes encontrar tu árbol para recostarte. No pretendo, con estas líneas, influenciarte en tu búsqueda, ni alardear de mi hallazgo. Más bien compartir, ante todo, la forma de vivir tu literatura más personal.

Quiero hablarte de alguien. Se llama Paco y tiene una maleta. Las maletas suelen ser aburridas, lo sé, con sus costuras de piel artificial, su fría asa y los desconfiados cierres. Las arrastramos, las amontonamos, las cerramos con fuerza en contra de su atestada voluntad, o las perdemos. A simple vista, no se pueden esperar grandes cosas de una maleta. Pero quizá sea por el hecho de desconocer lo que guarda en su interior.

La Maleta del Tío Paco está llena de vida. De esa vida que sólo entendemos los que adoramos leer y escribir (y que lean lo que escribimos, claro). Está llena de trazos mecanografiados o a lápiz de generaciones de relatistas de todo el mundo. Sentimientos y emociones dosificados en palabras, alineadas en guiones y párrafos, construidos sobre otros más y ultimados con el cariño de quien crea una historia. Historias llenas de vida. Sí, eso es. La Maleta del Tío Paco rezuma vida.

Y lo hace a lo grande. Te invita a ti, escritor, compañero de camino, a que te unas a su valiosísima colección con tus ideas y creaciones, con tus líneas y tu identidad, a través de su concurso de relatos cortos. Y yo, suertudo conocedor de este gran Tío Paco, te digo: no pienses; sólo escribe. Participa por amor, no por ambición. Descubre todo lo que hay detrás de esta preciosa y humilde iniciativa, y deja un pedacito de ti dentro de la Maleta del Tío Paco.

Me gusta el silencio. Desconectar. Y sabía que no lo había mencionado por casualidad. Aquella experiencia, vivida hace poco menos de un año, me brindó la oportunidad, como al muchacho de nuestra elucubración, de recostarme bajo la sombra de un lugar llamado Fontanar, muy cerquita de Pozo Alcón, en Jaén. Los días que pasé allí, su gente, los compañeros y el agua que hilaba musicalmente todo el pueblo, me ayudaron a asentar mis deseos por escribir y la forma de hacerlo. Fue fascinante: la maleta del Tío Paco estaba llena de vida. ¿Quien lo iba a decir? A simple vista, no se pueden esperar grandes cosas de una maleta. Claro que, a simple vista.
      Lectura y escenificación del relato" Cielo de Cartas" en la velada literaria  2012

 Esto que acabais de leer es un correo que nos ha enviado Francisco Manuel Bailén , el tercer finalista del pasado certamen, me ha emocionado  ¡cómo escribe este chico! Gracias Fran  por tus palabras de apoyo y reconocimiento, después de leer esto seguro que más de un escritor se anima a participar.
Ya sabes que aquí siempre tendrás tu árbol, tu casa, tu pueblo…¡vuelve pronto!


1 comentario:

  1. Lo escrito desde el corazón siempre llega ,sin duda ,gracias por compartir esos bonitos pensamientos y qué bonito que te digan aquí tienes siempre tu árbol,tu casa ,tu pueblo...

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